Cada viernes las puertas de la disco se abren para los gustosos de las cálidas notas de sones y aires del Caribe. Así, uno a uno empiezan a entrar y se apresuran a ocupare os mejores sitios para disfrutar de las canciones con sabor a mar y a mojito cubano.
La estrella de la noche hace su aparición, por manos expertas la noche se viste del verde del limón y de la anfitriona hierbabuena, entre tonadas dulces y acidas, cada brebaje hace su efecto y los inquietos y danzantes pies de los visitantes, sin vacilar saltan a la tarima y en un chá, chá, chá se pierden la noche entera a disfrutar.
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