Es frecuente toparse con las mismas caras rumba a rumba; las mismas pintas, las mismas parejas, los mismos grupos, los mismos cuerpos, los mismo escotes, las mismas piernas; todos amantes de la rumba a escondidas, la mejor atención y los mejores cocteles. Cuando apenas son las 11.00 de la noche, para algunos empiezan su recorrido hacia los terrenos de Morfeo, pero para otros tantos apenas empieza la diversión. Las puertas del bar se abren, para todos los deseosos de una noche de goce, baile y bebida.
Las luces se mueven al ritmo de la música y esta a su vez al ritmo de los corazones que en el salón se encuentran. La rumba es la mejor droga para el estrés y de trago en trago, transcurre la noche lejos de las tensiones.
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